«Aprovechando» unos días de reposo casi completo, estoy aprovechando para conectarme al máximo conmigo misma, descansar, meditar… y cómo no, seguir con mis aprendizajes o enseñanzas espirituales, pues me encanta absorber nuevos recursos emocionales!! en eso soy como una esponja.
En este caso me he puesto una vez más a ver vídeos de Shivagam, el maestro budista que últimamente me está ayudando a tener cada vez más paz mental y saber superar las adversidades cuando vienen, aceptando e integrando las emociones que conlleven. Es un no parar, siempre se puede mejorar 🙂 Cuando creo que he llegado a un punto en que estoy tan vacía de pensamiento de relleno que eso hasta me genera extrañeza… siempre vuelve a repetirse algún ciclo o bucle vital que hay que aprender a sanar… Aunque lo hago encantada, ya sin dramatismos y con el mantra de estar bien pase lo que pase siempre en mente 🙂
Shivagam es DharmAcharya (Maestro de la Sabiduría) a nivel mundial de la tradición budista Mahajrya. Su trabajo aparte, además de ayudar y guiar a personas es cuidar la sabiduría de la tradición en el paso del tiempo, así como entrenar a sacerdotes y maestros/as.
Voy a transcribir parte de los vídeos, lo que se dice tomar apuntes de toda la vida, pues para mí es más sencillo así de memorizar e integrar, pudiendo consultar por escrito. En alguna parte añadiré mis propias impresiones y/o aportes, pues cada un@ interpretamos lo que oímos conforme a nuestra realidad interna. Aunque en mayoría, son frases y sabiduría del propio vídeo, ¡yo estoy mucho más verde! 😀
Clase 1: Silla de la humildad
Ejercicio silla de la humildad para la soledad o abandono: (32m, ojo que a mí me da el llanto flojo con este, aviso…)
Cuando tenemos un problema, a veces hacemos un gran esfuerzo para no sentir, no pensar (tele, comida, planes y no parar de hacer cosas, etc. en definitiva nos evadimos). Por ello primero aprendemos para llevarlo mejor es la integración emocional, para reconocer, comprender e integrar nuestras emociones, y poder así disolverlas en un momento dado.
Pero esto solo «rebaja» las emociones cuando llegan a ser muy fuertes, no resuelve el problema ni hace que no vuelvan a aparecer, no nos confundamos y utilicemos la integración creyendo que hace milagros y soluciona los problemas porque no es así.
Cuando estamos agobiados o con ansiedad, hay una serie de pensamientos que nos atormentan, que nos llevan de acá para allá, dando vueltas de campana, pues pueden ser contradicciones internas y conflictos que no sabemos cómo acallar. Digamos que nos arrastran las emociones… Todo eso es como un torbellino o huracán, esta es la metáfora usada en la clase y a mí me parece estupenda la verdad 🙂
La silla de la humildad es un actitud para apaciguar la mente y las emociones ante los problemas, es como situarse en el centro del huracán, en lugar de estar a las afueras dejándose llevar y marear por las emociones y sentimientos. Es la forma de mantener el centro, siendo consciente de toda la situación, de nuestros pensamientos y sentimientos, pero encontrando ahí la paz, calmándonos ahí mientras lo vamos arreglando -si es que se puede arreglar-, o con aceptación de la situación tal como es -si es que no se puede arreglar-.
No debemos confundir la aceptación, actitud sabia de rendición, o silla de la humildad, con la resignación. La resignación es esa actitud en que nos da rabia la situación y pensamos que nos tenemos que aguantar así. Nos decimos: «No hay nada que pueda hacer así que toca aguantarse». La prueba es que cada vez que sale el tema nos duele. En la aceptación deja de haber dolor, se acaban las quejas. Es como OK, completa y absoluta paz al respecto. Voy a vivir con ello y ser lo más feliz posible a pesar de ello 🙂
Aprovecho para meter como inciso donde se explica muy bien la rendición, bajo mi punta de vista. Está basado en textos de Eckhart Tolle, y generado por el canal de Youtube Camino al Despertar, que me encanta!:
Volviendo a la clase de Shivagam…
Por ej. vayamos a la Silla de la Humildad con la soledad, ser humildes respecto a este tema sería asumir lo siguiente: «la mayoría de la veces que estoy solo está bien, al igual que la mayoría de las veces en que estoy acompañado lo está. Sin embargo, hay veces en que duele, tardes donde gustaría un abrazo fuerte». De forma innata hay en las personas una cosa que llamamos el abandono fundamental. Le llamamos abandono, porque por integración emocional, sabemos que lo que hay tras sentir soledad es el abandono, por el contraste con cuando estábamos con gente o estábamos atendidos.
Cuando estamos en ese torbellino de emociones, hemos de ir y cruzar a través de él hasta encontrar el centro del huracán, donde todas las emociones y sentimientos siguen pero yo ya no las sigo.
Cuando estamos en la silla de la humildad, somos completamente vulnerables, humildes y honestos. Hay un huracán, lo observo y siento desde la silla de la humildad, desde la paz, desde el único rincón de paz. No hay que buscar que el huracán/dolor/abandono/X se acabe, sino que hay que buscar la paz dentro de todo esto. Si queremos que el huracán acabe, si ponemos deseo ahí, este nos arrastra de nuevo al borde del huracán y somos lanzados de nuevo por las emociones. Solo debemos buscar el confort en el huracán. Y a partir de ahí vivir y actuar.
Permanecer en la silla de la humildad hace que te des cuenta de que no es que te sientas solo, es que hay soledad, no se trata de que te sientas abandonado, sino de que hay abandono, no se trata de que te sientas rechazado, es que hay rechazo, no es que te sientas dolorido, es que hay dolor… No personalizas en ti ni en tu ego. ¿Dónde lo hay? pues en la conciencia colectiva, en el mundo.. Recuerda que tú permaneces en el centro del huracán, en el confort y la paz, y esas cosas que es cierto que siguen ahí, no te pueden robar tu paz, o como diría E.Tolle, tu ahora.
Cada vez que el huracán te lleve, vuelve a la silla de la humildad, recuerda no querer pagar el huracán ni el dolor, solo hallar paz en él.
Es normal quedarse con la sensibilidad y vulnerabilidad a flor de piel cuando vamos a la silla de la humildad y salimos de esa meditación.
No debemos aspirar a estar siempre y permanente en la silla de la humildad, es del estado de Tathagata, uno de los más avanzados en la evolución del ser humano (paso 20 de 21). Debemos trabajar para llegar ahí cuando la necesitemos.
Y otras advertencias y enseñanzas del vídeo:
No integramos o meditamos para solucionar un problema, sino para comprenderlo. Ojo y no caer en esa trampa.
Cuando tenemos un problema, en lugar de querer sentirse bien se golpe, algo más bien falsete y que podemos lograr integrando; lo que podemos y debemos buscar es encontrar la paz interior dentro del proceso y del problema, ese punto donde confiamos en que todo va a ir mejor y solo debemos tener confort en la incomodidad. Esta rama del budismo le llama «Visantara», que significa «sentarte en tu mundo interior», en la silla de la humildad. Es parecido a lo que alcanzan en otras ramas con Vipassana. La diferencia en que en Vipassana te sientas y esperas a que llegue el momento de paz, esperas a que llegue la silla de la humildad. Mientras tanto, con Visantara tratamos de encontrar el lugar y llegar a él directamente.
¿Cómo llegar a la silla de la humildad?
No busques el final del tornado, no busques la alegría directamente, porque simplemente no la hay, sino que busca el confort, la comodidad dentro de todo. Y ahí estaré tu silla de la humildad. Ahí tu estado será firme, de calma, de control, aunque alrededor tengas toneladas de emociones, pensamientos que a veces hasta se contradicen y caminos por tomar.
Ahora digo yo: Recuerda que cuando estás con ansiedad y buscas arreglo o respuesta fuera, en realidad lo has de buscar dentro. Abrázate a ti mism@ y di, «todo está bien, puedo estar bien aunque pase todo esto… A mí sí que me importo, si me lleno de mi propio amor, me puedo calmar y apaciguar en cualquier circunstancia».
¿Por qué le llamamos Silla de la Humildad?
La humildad es la que nos permite esa rendición, la que nos permite no pelear más. La humildad de convierte en la medicina para esa situación, pues en ella no hay justificaciones, ni intentos de nada, solo presencia.
¿Cómo practicar la humildad? Por ej. trabajando en romper tu orgullo. ¿Y cómo? Ve a hablar con alguien con quien no te entiendes porque piensa siempre lo contrario que tú dices y tenéis debates/discusiones. Solo que esta vez ve y no le discutas. Acepta solo que ese es su punto de vista y es tan válido como el tuyo. Trata de comprender su punto de vista, aunque en tu interior haya oposición, pues así conseguirás ganar humildad.
Visantara en sí mismo se puede utilizar como técnica. Solo te sientas y buscas tu silla de la humildad en ese momento, en la experiencia que estés viviendo. Y permaneces ahí. Requiere más tiempo que integrar, y va a costar más sin guía, hasta alcanzar experiencia.
Aceptemos también en que habrá momentos en que no lo vamos a poder encontrar porque el huracán es tan grande que cuesta llegar al ojo. No pasa nada, de nuevo lo volvemos a intentar. Así hasta que llegues a tu silla de la humildad. Y ahí al menos, hay paz, aunque el problema tenga solución o no la tenga, para qué preocuparse, ve a la silla de la humildad, y desde la paz, podrás dar los pasos necesarios para solucionarlo o aceptarlo.
Clase 2: Qué es la consciencia
Ejercicio toma de consciencia (12min, aunque puedes seguir hasta el final del vídeo)
Ahan nivedin ahan atma
(Estoy consciente de que soy Alma)
(mantra y explicación)
https://youtu.be/smKfYLYOA6M?t=32m30s
Nivedin = tomar consciencia de todo lo que tiene forma a nivel tangible, conciencia de lo que hay aquí
Atma = Alma /consciencia
Somos almas encarnadas en cuerpo, no al revés. Es el alma la que tiene un cuerpo. Somos más de lo que vemos y percibimos físicamente, en realidad nuestro cuerpo forma parte de nuestra alma, es alma. No hay separación ni diferencia. Es la misma consciencia o alma que ha sido densificada. Mis emociones son mi alma. Mi energía es mi alma. Yo soy Alma.
«Estoy consciente de que estoy consciente» – Esta frase inicial de la integración emocional sirve para volver a sentir mi alma.
Mi cuerpo es alma, mi mente es alma… cuando pienso soy el alma pensante, cuando siento soy el alma sintiente… Todo yo soy el alma y no es que sea un cuerpo que tiene un alma…
Estoy consciente de que soy Alma.